ORÍGENES DEL QUEHACER LITERARIO
EN AMÉRICA
Génesis de la literatura
prehispánica:
"OLLANTA.- ¿Has visto, Piqui-Chaqui,
a Cusi Ccoyllur en su palacio?
PIQUI-CHAQUI.- No, que el Sol no permita
que me acerque allá. ¿Cómo,
no temes siendo hija del Inca?
OLLANTA.- Aunque eso sea, siempre he de amar a esta
tierna paloma: a ella sola busca mi
corazón.
PIQUI-CHAQUI.- ¡Creo que el demonio te ha
hechizado! Estás delirando, pues hay muchas doncellas a
quienes puedes amar, antes que llegues a viejo. El día que
el Inca descubra tu pensamiento, te ha de cortar el cuello y
también serás asado como carne.
OLLANTA.- ¡Hombre!, no me sirvas de estorbo.
No me contradigas, porque en este momento, te he de quitar la
vida, destrozándote con mis propias manos.
PIQUI-CHAQUI.- ¡Veamos! Arrójame afuera
como un can muerto, y ya no me dirás cada año,
cada día, cada noche: «Piqui-Chaqui,
busca a Cusi-Ccoyllur.»
OLLANTA.- Ya te digo, Piqui-Chaqui, que
acometería a la misma muerte con su guadaña; aunque
una montaña entera y todos mis enemigos se levantaran
contra mí combatiría con ellos hasta morir por
abrazar a Cusi Ccoyllur."
Extracto de Ollantay (Drama
quechua)
Como vemos, el ejercicio de la literatura siempre ha
sido una constante de todos los pueblos, y América no
podía ser una excepción. América, a la
llegada de los españoles, poseía una literatura
oral bastante elaborada, en ella se encuentran desde los mitos
cosmogónicos propiamente dichos, pasando por las leyendas
y cuentos. También existía una gran
producción poética e incluso se conocía el
teatro.
Dentro de los relatos cosmogónicos se destaca el
Popul Vuh, relato mítico quiché, poseedor de una
exuberante belleza, y que ha sido incluso denominado como La
Biblia Americana, aunque esta denominación nos parece que
le resta importancia a tan excelsa producción literaria;
como si los pueblos prehispánicos no tuviesen la
suficiente capacidad creadora para lograr componer toda una obra
mitológica.
En la literatura prehispánica pueden nombrarse
las siguientes obras: El libro de los Libros del Chilám
Balam, el Memorial de Sololá, Anales de los Cakchiqueles,
la Poesía Quechua, Ollantay, Araucana y Náhuatl, La
Visión de los Vencidos, La leyenda de Yurupary, , que
fueron transmitidos oralmente hasta su recopilación
posterior en el idioma español.
LA LITERATURA EN LA ÉPOCA DE LA
CONQUISTA
Con la llegada de los españoles una nueva
literatura habría de irrumpir en el continente americano:
Los Cronistas de Indias. Estos narradores lo hacían por
diversos motivos: Oficio pagado por la Corona, éstos
serían los cronistas oficiales, pero también
estaban los cronistas que deseaban plasmar por escrito el
asombro, el deseo de narrar lo inenarrable, y también
estaban los indígenas y…o mestizos que narraron el
testimonio de su cruel e inhumana derrota (La Visión de
los Vencidos).
El primer cronista que escribiría sobre el Mundus
Novus sería Cristóbal Colón. Posteriormente
estarían Hernán Cortés, López de
Gómara y Fernán Díaz del Castillo. En una
segunda etapa estaría Gonzalo Fernández de Oviedo y
Fray Bartolomé de las Casas. En 1542 se publicaría
la obra Naufragios de Alvar Núñez Cabeza de Vaca.
Pedro Cieza de León publica su Crónica del
Perú.
Pero de todos estos cronistas hay uno que se destaca por
ser el primero de ellos en aprender la lengua náhuatl, me
refiero a Fray Bernardino de Sahagún. Después de
haber aprendido a hablar náhuatl, les enseñó
a escribir a los indígenas, en su propia lengua pero con
el abecedario latino. Es así como logró que los
ancianos escribieran parte de su extensa tradición oral.
Este es el primer trabajo etnológico,
lingüístico y de antropología cultural que se
conoce en América. Posteriormente está el Padre
José de Acosta, quien escribiría Historia Natural y
Moral de las Indias.
Dentro de los cronistas indios podemos nombrar a:
Hernando de Alvarado de Tezózomoc, con su obra
Crónica Mexicayotl, editada en 1660. Fernando de Alva
Ixtlilxóchitl, con su obra Historia Chichimeca.
1. Visión de los vencidos:
Inicialmente escrita en lengua náhuatl por
Ángel Maria Garibay y compendiado y editado por Miguel
León Portilla en 1967. En él se reúnen
cantares indígenas y códices aztecas, recoge
también los testimonios de los informantes de
Sahagún, entre otros. A continuación
transcribiré un poema que refleja el desgarramiento de
los hombres ante un mundo que desaparecía
irremediablemente ante sus ojos:
Los últimos días del
sitio de Tenochtitlán
En los caminos yacen dardos
rotos,
Los cabellos están
esparcidos.
Destechadas están las
casas,
Enrojecidos tienen sus
muros.
Gusanos pululan por calles y
plazas,
y en las paredes están
salpicados los sesos.
Rojas están las aguas,
están como teñidas,
y cuando la bebimos,
es como si bebiéramos agua de
salitre.
Golpeábamos, en tanto, los
muros de adobe,
y era nuestra herencia una red de
agujeros.
Con los escudos fue su
resguardo,
Pero ni con escudos puede ser
sostenida su soledad.
Posteriormente encontramos al Inca Garcilaso de la Vega
(Perú), con su obra monumental Comentarios Reales; y a
Alonso de Ercilla (Chile) con su obra La Araucana, enorme epopeya
de los vencidos.
DEL SIGLO XVII AL XIX EN AMÉRICA
LATINA
La influencia del barroco habría de sentirse con
una fuerza inusitada en la arquitectura y en la literatura
latinoamericana. Dentro de sus máximas figuras hay que
mencionar, antes que a ninguna otra, a Sor Juana Inés de
la Cruz (México, 1648-1695). Poseedora de una
lírica excelsa, habría de optar por la vida
religiosa, ante la imposibilidad de dedicarse por entero a la
literatura como laica.
En Colombia se destacan dos eminentes autores: Juan
Rodríguez Freile (1566-1640), con su obra El Carnero; y
por supuesto la madre Francisca Josefa del Castillo y Guevara
(1671-1742).
1. Francisco Antonio Vélez
Ladrón de Guevara (Colombia, 1721-1781), con su
Historia de la Literatura Colombiana.2. José Joaquín
Fernández de Lizardi: (México, 1776-1827).
Periodista y escritor de profesión. Su obra más
importante es, sin duda, El Periquillo Sarniento. Una novela
que recuerda solemnemente a la novela picaresca
española.3. Andrés Bello: (Venezuela,
1781-1865) Insigne figura latinoamericana. En él se
conjugan diversas características que lo convierten en
uno de los más importantes humanistas del habla
castellana: Excelente jurista, sabio educador, periodista
incansable, esteta, diplomático, lingüista, poeta
y traductor de Víctor Hugo.
PRESENCIA DEL ROMANTICISMO EN AMÉRICA
LATINA
Ya se ha aludido a la importancia que tuvo El
Romanticismo en el quehacer literario y en la reflexión
que hace de la literatura con respecto al ser humano y a su
posición en el mundo. El Romanticismo no habría de
ser ajeno a la intelectualidad del siglo XIX, haría
presencia en américa del sur; en Argentina está
José Mármol, con su obra Amalia y en Colombia
encontramos a Jorge Isaacs, con su novela insigne La
María.
En Cuba encontramos a Gertrudis Gómez de
Avellaneda (1814-1873); y otro gran argentino: Esteban
Echeverría; en Uruguay, Juan Zorrilla de San
Martín. Colombia también tendría otros
exponentes: José Eusebio Caro (1817-1853) y Rafael
Pombo.
LA LITERATURA PERUANA Y SUS PRINCIPALES
EXPONENTES
Comenzando con uno de los primeros cronistas de origen
nativo Felipe Guamán Poma de Ayala (1534-1615) y una de
las obra más originales de la historiografía
mundial El Primer Nueva Corónica y Buen Gobierno; luego
tenemos a Garcilaso de la Vega (1539-1616) con su obra insigne
Comentarios Reales de Los Incas; a Mariano Melgar (1790-1815) y
sus obras El Arte de Olvidar y Cartas a Silvia; Felipe Pardo y
Aliaga (1806-1868) y su obra básica Frutos de la
Educación; Manuel Ascencio Segura (1805-1871) y sus obras
El Sargento Canuto y Ña Catita; Carlos Augusto Salaverry
(1830-1891) y su poesía Albores y Destellos; Mercedes
Cabello (1845-1909) y su obra ensayo Importancia de La
Literatura; Manuel Gonzales Prada (1848-1918) y su obra ensayo
Pájinas Libres; Ricardo Palma (1833-1919) y su gran obra
narrativa Tradiciones Peruanas; José Santos Chocano
(1875-1934) y su obra poética Alma América; Abraham
Valdelomar (1888-1919) y su obra narrativa El Caballero Carmelo;
Enrique López Albújar (1872-1966) y su obra
Matalaché; José Carlos Mariátegui
(1864-1930) y su obra Siete Ensayos de la Interpretación
de la Realidad Peruana; Ciro Alegría (1909-1935) y su obra
novela El Mundo es Ancho y Ajeno; José María
Arguedas (1911-1969) y su obra Yawar Fiesta; Manuel Scorza
(1928-1983) y su obra de narración Redoble por Rancas;
Julio Ramón Ribeyro (1929-1994) y su obra La Palabra del
Mudo; Mario Vargas Llosa (1936-___) premio Nobel de Literatura
2010 y una de sus obras La Ciudad de Los Perros; y Alfredo Bryce
Echenique (1939-___) y su obra Un Mundo Para Julius.
CAPITULO II
¿Qué es
la literatura?
DEFINICIÓN
¿Qué es lo que hace que un texto sea
literario? La habilidad literaria la confiere el modo de narrar y
de ordenar los acontecimientos. En el Círculo de Praga
surgió por primera vez el concepto de literalidad; R.
Jakobson afirmó que lo literario no estriba en los
ornamentos del texto, sino en la revaluación del mismo,
porque el propósito del autor es
estético.
Polisemia del término "literatura". La
definición de literatura cambia dependiendo del contexto
sociocultural e histórico, y sólo en el siglo XIX
adquiere el significado contemporáneo (en el siglo XVIII
se llamaba literatos a poetas y a científicos como Newton)
La misma palabra es una palabra polisémica:
"Literatura" deriva, etimológicamente, del
latín Littera, que significa "letra" o "lo
escrito". Por su etimología, pues, la literatura
está ligada a la cultura, como manifestación de
belleza a través de la palabra escrita, pero esta
definición deja fuera la literatura de transmisión
oral, que es la primera manifestación literaria conocida,
por lo que es mejor hablar, siguiendo a Aristóteles, de
"el arte de la palabra": la literatura es un arte, y por tanto,
se relaciona con otras artes, y tiene una finalidad
estética.
La Poética, de Aristóteles es el primer
texto teórico importante en el que se trata la
cuestión de definir el arte de la escritura. No obstante,
cuando Diógenes Laercio alude a la obra del Estagirita, se
refiere a un tratado en dos volúmenes, por lo que hay que
tener en cuenta que nos falta el segundo.
A lo largo de la historia no ha habido consenso para
alcanzar una definición universal. Se entiende por
literatura, en el contexto de la crítica literaria, el
conjunto de textos que son producto del arte de la palabra (J.
Domínguez Caparrós).
Ha habido distintos intentos de definir el concepto de
LITERATURA:
1. ROMAN JAKOBSON: "el
objeto de la literatura es la literalidad, que es lo que hace
de una obra determinada una obra literaria" Nace con los
formalistas rusos el concepto de literalidad, entendida como
algo más que la fidelidad de las palabras a un
significado,2. TZVETAN TODOROV: "La
literatura es un medio de tomar posición frente a los
valores de la sociedad; digamos de una vez que es
ideología. Toda literatura ha sido siempre ambos: arte
e ideología"3. JOAQUÍN XIRAU:
"La literatura, como el arte, es una de las formas
más altas de conciencia, es una forma de conocimiento
y de autorreconocimiento"4. MARÍA MOLINER:
"la literatura es el arte que emplea la palabra como medio de
expresión, la palabra hablada o
escrita"5. WOLFANG KAYSER plantea
cambiar el término "Literatura" por el de "Bellas
Letras", para poder diferenciarla del habla y de los textos
no literarios.
Las definiciones han sido muchas, pero podemos
agruparlas, siguiendo a Tzvetan Todorov (Les genres du discours,
1978), en estructurales y funcionales.
DEFINICIONES ESTRUCTURALES
Desde el punto de vista estructural, se caracteriza a la
literatura por ser imitación y por usar un lenguaje
sistemático y autosuficiente.
Este tipo de definición tiene su origen en
Aristóteles en cuanto a la característica de la
imitación (mimesis), mientras que el aspecto de lenguaje
como un fin en sí mismo llega hasta la actualidad a
través de los románticos alemanes, el simbolismo y
el formalismo ruso y el New Criticism americano. Por ejemplo,
para el formalista Roman Jakobson (1896-1982) la literatura
"designa ese tipo de mensaje que toma su propia forma por objeto,
y no su contenido" Es él quien formula que "Si los
estudios literarios quieren llegar a ser una ciencia, deben
reconocer en el procedimiento su personaje
único". Sus investigaciones se centran en las estructuras
narrativas (Propp), estilísticas (Eichenbaum, Bashtin,
Voloshinov), rítmicas (Brik, Tomashevski), sonoras (Brik,
Jakobson), sin excluir la evolución literaria (Shklovski,
Tinianov), la relación entre literatura y sociedad
(Tinianov, Voloshinov).
1. Aristóteles.-(384-322a.C.)en
su Poética ("Hablemos de
poética", 1447a) Aristóteles
trata de definir la techné (arte)
en prosa o en verso, "El arte que imita
sólo con el lenguaje…carece de nombre hasta
ahora" 1447 b. Diferencia entre verso y
poesía, pero para él el verso no es una
característica imprescindible de la poesía:
"el poeta debe ser artífice de fábulas
más que de
versos" (Poét.1451b)
Uno de los conceptos aristotélicos que hay que
considerar es, pues, la verosimilitud, la cualidad
por la que, lo que cuenta un texto podría haber ocurrido.
Este arte que imita la acción humana se
configura en
la fábula (mythos) o
"composición de los hechos" -otro aspecto
aristotélico fundamental-, el elemento fundamental de la
tragedia (Poét., 1450 a) el argumento, la
mímesis de la acción. La fábula no
constituye, para Aristóteles, un género literario,
sino un elemento de la retórica que debe facilitar que la
obra poética sea un todo entero cuyos elementos
estén unidos por una necesidad que une las partes entre
sí.
El tercer aspecto aristotélico a considerar es el
de la catarsis o "purgación de
ciertas afecciones".
2. Clasicistas La poética
occidental se basa en los italianos del siglo XVI (Minturno,
Scalígero, Robortello…), y a través de
ellos surge la poética española más
antigua, la Philosophia
Antigua Poética (1616) del helenista (fue
médico, traductor y poeta) Alonso López
Pinciano (1547-1627). En ella trata de restaurar la
doctrina de Aristóteles: la imitación se
considera como un hecho general en la naturaleza, y se
desdobla en natural y artística; el lenguaje es lo
único que crea la diferencia.3. Ignacio de
Luzán (1702-1754),difunde el Neoclasicismo en
España con su Poética o Reglas de la
poesía en general y de sus principales
especies (1737 y 1789), en la que resalta que la
característica de la imitación no es suficiente
para definir la poesía, porque puede confundirse con
otras artes, siendo de nuevo el lenguaje en verso el
que caracteriza este arte: "Imitación de la
Naturaleza en lo universal o en lo particular, hecha en verso
para utilidad o para deleite de los hombres, o para uno y
otro juntamente" . Concede una gran importancia a
la verosimilitud, cuyo fundamento no es otro que la
opinión: "Será pues verosímil todo
lo que es creíble, siendo creíble todo lo que
es conforme a nuestras opiniones.".
Distingue Luzán dos tipos de verosimilitud, una
popular y otra noble: todo lo que es verosímil para los
doctos lo es también para el vulgo, pero no todo lo que es
verosímil para el vulgo lo es para los doctos.
Jakobson ve en el lenguaje la
característica que convierte a un texto en
literario.
4. R.Wellek y A. Warren (Theory
of Literature. A Seminal Study of the Nature and Function of
Literature In All Its Contexts, 1949) Retoman las
definiciones estructuralistas en su capítulo "The
Nature of Literature"donde hablan de "the particular use made
of language in literature". "Language is the material of
literature as stone or bronze is of sculpture, paints of
pictures or sounds of music".5. John M.Ellis (The Theory of
Literary Criticism, 1974) Este autor argumenta que la
pregunta "¿qué es literatura?" está mal
planteada, y que lo importante es definir las
características de los textos literarios:
"Literary texts are not defined as those of a certain
shape or structure, but as those pieces of language used in
a certain kind of way by the community. They are used
as literature".6. V.M. de Aguiar e Silva, La
función poética del lenguaje permite la
creación de un universo de ficción, y es el
lenguaje el que "tiene poder suficiente para
organizar y estructurar mundos expresivos
enteros". El lenguaje literario constituye
un discurso de contexto cerrado y semánticamente
orgánico, que impone una verdad
propia.
DEFINICIONES FUNCIONALES
Son las definiciones de la literatura que la
caracterizan por relación a algo que es externo y a lo que
debe hacer. Es la perspectiva que adopta
la crítica marxista. La literatura
está incluida en la dinámica social, su
ideología, su espacio y su tiempo, y se enfoca ligada al
materialismo dialéctico (como filosofía) y al
materialismo histórico (como proceso social), vinculada a
un contexto que determina una concreta visión del mundo.
Son representantes de estas teorías Lukács, Adorno,
Walter Benjamín, Goldman y Terry
Eagleton.
DEFINICIONES SEMIÓTICAS
La semiótica estudia el comportamiento del signo
lingüístico en el entorno social, y en ese contexto,
la literatura es una expresión concreta de un
código. Este tipo de definiciones integran las
estructuralistas y funcionales, y tienen en cuenta el rasgo de la
comunicación del hecho literario.: "la literatura es
un lenguaje propio del tipo de comunicación especial que
es el arte" (J. Domínguez Caparrós)
Sin negar las peculiaridades lingüísticas
del texto literario, éstas se vinculan a un contexto
comunicativo que va más allá del texto. La
consideración semiológica del texto literario
implica una perspectiva comunicativa: la literatura es
un mensaje dentro de un acto de
comunicación que se desarrolla en
una situación especial, con
un emisor, un receptor y
un contexto propio (que puede no ser el mismo
que el del receptor o el del autor).
J. Domínguez
Caparrós considera preferibles este tipo de
definiciones, porque "aunque la literatura cambie de una
época a otra, de una sociedad a otra, en su
descripción debe integrar elementos textuales y
extra-textuales como caracterizadores del tipo de
comunicación artística en que
consiste".
Lo que sí parece cierto, es que en los
últimos tiempos el concepto sigue sin tener una
definición que guste a todos los críticos. Como
señalan Fernando Cabo Aseguinolaza y María do
Cebreiro (Manual de teoría de la literatura,
2006, pág. 71), "Términos como el de
para-literatura reflejan bien la incomodidad conceptual ante un
determinado tipo de textos que aun cumpliendo los requisitos
formales que definen la extensión de lo literario, no
alcanzan a satisfacer otro tipo de exigencias".
LA LITERATURA COMO UNA ARTE
La literatura es aquel arte en el que el instrumento
utilizado son las palabras, por ende, se trata de obras
artísticas que comunican y se expresan a través de
las palabras. Se le llama literatura también al conjunto
de autores y sus obras que, a través de la historia, han
ido aportando obras en las que se expresan vivencias, emociones,
conocimientos, ideas, etc.
El término literatura proviene de la palabra en
latín "litterae", lo que se entiende en español el
conjunto de habilidades, saberes y la instrucción para
poder escribir y leer de una manera adecuada. Lo anterior se
encuentra estrechamente ligado a la gramática,
creyéndose incluso, que el término "litterae" es la
misma palabra que en griego se denomina "grammatikee".
Como vemos, al referirnos a la literatura, en realidad
estamos hablando acerca del arte de escribir junto a las
teorías o estudios de dichas obras. Además es
posible hacer usos más específicos de la
literatura, como por ejemplo, al querer referirnos a las obras
que se relacionan con un tema en particular o con un
período específico de la historia.
Si bien hasta aquí se ha logrado definir lo que
es la literatura, esto sólo se hace posible a partir del
sentido común, ya que los expertos en el tema, a lo largo
de la historia no han logrado con dar una respuesta consensuada
acerca de lo que es realmente. Lo único que se ha logrado
con éxito es delimitar su objeto de estudio, el que
está constituido por las obras literarias.
A pesar de la dificultad de su definición, la
literatura cuenta con tres elementos básicos, que en su
interrelación podemos encontrar las pistas de lo que
realmente es. Se trata del objeto literario, que es la obra, el
texto o el enunciado literario. En segundo lugar, el referente
que lo define como literario y, en tercer lugar, las redes de
sujetos, constituidas por quienes escriben y por quienes leen. Es
partir de estos elementos que se puede comprender en
términos generales de lo que trata este milenario
arte.
Los mismos escritores ven al concepto de literatura como
un concepto que se encuentra en un continuo evolucionar,
permitiendo que se den situaciones como el aceptar hoy como obras
literarias a escritos que antes eran absolutamente apartados,
mostrando así el constante cambio en los criterios que
definen la literatura.
En alguna ocasión durante una entrevista a Borges
le preguntaron "¿para qué sirve la literatura?"
él, exaltado, comenzó a argumentar que a nadie se
le ocurriría preguntarse cuál es la utilidad del
canto de un canario o de los arreboles de un crepúsculo.
En efecto, si esas cosas bellas están allí y
gracias a ellas la vida, aunque sea por instante, es menos fea y
menos triste ¿no es mezquino buscarles justificaciones
prácticas?
Por lo general cuando escuchamos hablar de literatura,
vienen a nuestra mente las bellas artes o algún escritor u
obra literaria que haya dejado huella en nuestra memoria, pero no
profundizamos verdaderamente sobre la importancia de la
literatura en toda nuestra historia, tanto individual como de la
humanidad.
LA LITERATURA COMO UN INSTRUMENTO
SOCIAL
La literatura refleja nuestra identidad personal y
social, la evolución que hemos tenido, y los procesos por
los que hemos pasado como planeta, sin dejar atrás la
historia que nos ha hecho llegar hasta donde estamos, y que ha
permitido que maduremos poco a poco hasta forjarnos lentamente
una idea clara de lo que somos y del porqué lo
somos.
Por ejemplo, sin la literatura, no tendríamos
noción de todas las transformaciones que han sufrido las
sociedades y comunidades antiguas, y sería imposible
entender como hemos llegado a ser lo que somos hoy en día,
por lo que, probablemente tampoco podríamos aprender de
nuestro pasado estancándonos en situaciones y modos de
vida arcaicos y sin ningún tipo de organización o
pensar común.
Esto se demuestra en todo tipo de literatura, ya que
aunque ha habido otro tipo de difusión de ideas, con el
paso del tiempo, la literatura es el único que permite que
se transmitan las ideas, sucesos, y pensares en distintos lugares
y momentos sin que se deforme la verdad y se aprecie de forma
clara, para que el hombre pueda tomar esa información y
avanzar hacia el progreso y la mejora de su propia
vida.
De igual modo, la literatura ha ayudado a aprender, a
transmitir no solo sucesos o pensamientos, si no sentimientos, y
situaciones que vemos día a día en nuestra vida o
en la de alguien más, nos ayuda a expresar lo que vemos o
sentimos por nuestra situación o por otra persona, es
decir, cuántos no se han inspirado en el "Romeo y
Julieta" de Shakespeare, o se han sentido identificados con
alguna situación reflejada por García
Márquez o Milán Kundera, cuántos de nosotros
no hemos dedicado un poema o una frase de algún libro que
al leerlo nos recuerda y trae al pensamiento a ese ser querido,
es decir, la literatura nos sirve de inspiración para
reflejar lo que muchas veces nos es casi imposible expresar con
palabras, eligiendo la forma que más nos convenga y
convenza, si lo hacemos de forma elegante y con un vocabulario
rebuscado, o simplemente lo decimos tal cual es, sin rodeos ni
miramientos, porque cabe recordar que no todo lo que expresamos
es amor o cariño, el ser humano también es posible
de sentir con intensidad: desamor, odio, despecho, rencor,
envidia y otros sentimientos que incluso se pueden percibir con
facilidad por ejemplo hasta en los 7 pecados
capitales.
Con esto queremos decir que el hombre puede escribir
cualquier cosa, su propia imaginación es el límite,
lo que sí es seguro es que si no conociéramos. O
mejor dicho leyéramos, a tantos hombres que han reflejado
sus más íntimos sentimientos, probablemente nos
encontraríamos sumergidos en un vacío de
"in-expresiones" para demostrar lo que comúnmente llamamos
como "lo que llevamos dentro"
Existe un lazo estrecho e irrompible entre el hombre y
la literatura. es un vínculo que trasciende el tiempo y el
espacio, que es hermano y padre al mismo tiempo puesto que se
acrecienta con las creaciones del mismo hombre y al mismo tiempo
extiende su paternalismo desde épocas remotas hasta
nuestros días, guiándonos y recordándonos
nuestra historia, se vuelve nuestra memoria colectiva y nos
orilla a comprender de dónde venimos y ser parte por un
instante, mínimo que sea, de vivir las mismas experiencias
que nuestros antepasados, vivir los momentos que cambiaron el
rumbo de la historia.
Es con este compartir que nace la literatura. No nace al
momento que corre la tinta sobre el papel, ni mucho menos en que
el autor concibe la idea en su imaginación u ordena los
hechos en una crónica. La literatura comienza en el
momento en que una obra es liberada en el mundo, en que se
comparte y se difunde. En ese momento deja de pertenecerle al
autor y le pertenece a cuanto lector se encuentre en su camino.
Deja de ser una idea, una mera anécdota o un sueño
para convertirse en verdadera literatura, en arte, en alimento
para el pensamiento y el alma. Une a los individuos mediante la
enseñanza y conocimiento del sentimiento de su creador y
más allá de manipular o buscar la aprobación
incita al lector a unirse a ese proceso creativo en el que su
opinión y crítica dan pie a una nueva ola de
percepciones distintas respecto a un tema de interés
común.
Tenemos que tener presente que la literatura siempre va
a formar parte de nuestro pasado, nuestro presente y nuestro
futuro y el de todas las personas que nos rodean o que
habitarán este planeta después de nosotros. sin la
literatura seríamos unos masa humanoide de seres
ignorantes, simples mortales a quienes se les ha negado el soplo
de la virtud y el conocimiento, impidiéndoles así
cambiar su forma de actuar ante el mundo al que se
enfrenta.
CAPITULO III
Importancia de la
literatura en el área de comunicación
¿PARA QUÉ ENSEÑAMOS
LITERATURA?
"Al enseñar Literatura la revaloramos como una
expresión máxima del lenguaje y como producto
estético y cultural fundamental en una sociedad. Su
finalidad es poner al estudiante en contacto directo con el texto
literario, con el fin de estimular el goce estético, la
curiosidad intelectual y la formación humanística.
La literatura contribuye a fomentar la práctica de la
lectura a enriquecer la expresión, a desarrollar la
creatividad, así como la actitud dialógica y la
responsabilidad ante lo escrito. La literatura se desarrolla a
partir de las manifestaciones propias de cada comunidad hasta
llegar a las obras de ámbito universal, estableciendo
vínculos entre las manifestaciones literarias de diversos
contextos." (DCN-2009 pa 341)
¿QUÉ ES LA COMPETENCIA
COMUNICATIVA?
"La competencia comunicativa es aquello que un hablante
necesita saber para comunicarse de manera eficaz en contextos
culturalmente significantes (…). La competencia comunicativa se
refiere a la habilidad para actuar" (J. J. Gumperz: "Preface" y
"Introduction", en J. J. Gumperz y D. Hymes, comps., Directions
in Sociolinguistics. Holt, Rinehart & Winston. New YorK,
1972).
"Para comunicarse no es suficiente conocer la lengua, el
sistema lingüístico; es necesario igualmente saber
cómo servirse de ella en función del contexto
social" (Hymes, Vers la competence de communication. Paris.
Hatier, I984).
"La competencia comunicativa es aquella que permite que
los estudiantes logren comprender y producir textos diversos, en
distintas situaciones comunicativas y con diferentes
interlocutores, con la finalidad de satisfacer sus necesidades
funcionales de comunicación, ampliar su acervo cultural y
disfrutar de la lectura o la creación de sus propios
textos…" (DCN Rev. 2009) en concordancia con esta
definición estamos de acuerdo con Gumperz y Hymes quienes
afirman que los más importante es que los alumnos y las
alumnas adquieran y mejoren sus competencias comunicativas de
modo que les permitan "saber comunicarse de manera eficaz en
contextos culturales significantes" y por tanto "saber
cómo servirse de la lengua en función del contexto
social".
La investigación lingüística y
didáctica, y la experiencia docente de quienes
enseñan gramática en la escolaridad básica
regular, demuestran una y otra vez que el conocimiento formal de
la lengua no garantiza por si sólo el dominio de las
habilidades expresivas y comprensivas que hoy se requieren en los
diferentes ámbitos de la vida comunicativa de las
personas. Por decirlo de otra manera: el conocimiento gramatical
(entendido como el conocimiento de la estructura formal de la
lengua) es una condición necesaria pero no suficiente para
la mejora del uso expresivo y comprensivo del alumnado y por
tanto para la adquisición del mayor grado posible de
competencia comunicativa.
¿QUÉ ES LA COMPETENCIA
LINGÜÍSTICA?
Noam Chomsky (1957) acuñó hace ya cuatro
décadas la noción de competencia
lingüística para aludir a la capacidad innata de un
hablante y oyente ideal para emitir y comprender un número
ilimitado de oraciones en una comunidad de habla
homogénea. Sin embargo, cuando se estudia el conjunto de
habilidades comunicativas que se requieren para comportarse
lingüísticamente de una manera adecuada en los
diversos contextos del intercambio comunicativo, algunos autores,
como los ya citados Gumperz y Hymes (y, posteriormente, la
inmensa mayoría de quienes investigan en el ámbito
de la didáctica de las lenguas), advierten de los limites
pedagógicos de la noción chomskiana de competencia
lingüística ya que el hecho de estar capacitados
biológicamente para la expresión y la
comprensión de oraciones (y el hecho de conocer el
código de una lengua) no garantiza una conducta
comunicativa adecuada en los diferentes contextos y situaciones
de la comunicación. Se requiere, junto a esa competencia
lingüística inicial, otra serie de habilidades y de
conocimientos discursivos, sociolingüísticos y
estratégicos cuyo dominio hace posible el uso no
sólo correcto de una lengua sino también coherente
y adecuado al contexto en que este tiene lugar.
Otras consideraciones de la competencia
comunicativa
La competencia comunicativa es un conjunto de
conocimientos (socio) lingüísticos y de habilidades
textuales y comunicativas que se van adquiriendo a lo largo del
proceso de socialización de las personas (dentro y fuera
de la escuela). A medida que nos vamos relacionando con otras
personas, en contextos diversos, vamos adquiriendo y dominando
los conocimientos lingüísticos y textuales, las
destrezas comunicativas y las normas socioculturales que
caracterizan los intercambios comunicativos en las diferentes
situaciones de comunicación de la vida
cotidiana.
Por ello, al aprender a hablar una lengua no sólo
aprendemos a utilizar la gramática de esa lengua sino
también el modo más adecuado de usarla según
las características de la situación de
comunicación y de los interlocutores, según los
fines que cada uno persiga en el intercambio comunicativo,
según el tono (formal o informal) de la
interacción, según el canal utilizado (oral,
escrito, formas no verbales como los gestos…), según el
género discursivo (conversación espontánea,
entrevista, exposición, narración,
descripción, argumentación…) y según las
normas que rigen el tipo de situación comunicativa de la
que se trate. Dicho de otra manera: al aprender a usar una lengua
no sólo aprendemos a construir frases gramaticalmente
correctas (como subraya Chomsky) sino también a saber que
decir a quién, cuándo y cómo decirlo y que y
cuando callar.
Como se ha comentado unas líneas más
arriba, la competencia comunicativa es un conjunto de
conocimientos, estrategias, habilidades y actitudes que hacen
posible un uso adecuado, correcto, eficaz y coherente de la
lengua en las diversas situaciones y contextos del intercambio
comunicativo entre las personas. Integra un conjunto de
conocimientos no sólo lingüísticos sino
también estratégicos, sociolingüísticos
y textuales sin cuyo dominio no es posible un uso competente de
la lengua en nuestras sociedades.
LA COMPETENCIA COMUNICATIVA Y SUS
SUB-COMPETENCIAS
La competencia comunicativa está integrada por
las siguientes (sub)competencias (Canale y Swain, 1980; Canale,
1983; Hymes, 1984):
a) una competencia lingüística o
gramatical, entendida a la vez como capacidad innata para
adquirir y hablar una lengua y como conocimiento de la
gramática de esa lengua;b) una competencia
sociolingüística, referida al conocimiento de las
normas sociolingüísticas y culturales que regulan
un comportamiento comunicativo adecuado en los diferentes
ámbitos del uso lingüístico;c) una competencia discursiva o textual,
relativa a los conocimientos y habilidades que se precisan
para comprender y producir diferentes tipos de discurso con
cohesión y coherencia;d) y una competencia estratégica, que se
refiere al dominio de los recursos que podemos utilizar para
resolver las dificultades en el intercambio comunicativo
asegurando así la eficacia comunicativa de la
interacción.
Cabría añadir a esta división,
otras sub-competencias como la competencia literaria (entendida
como la adquisición de los conocimientos, habilidades y
actitudes que hacen posible el uso y disfrute de los textos de
naturaleza literaria) y la competencia semiológica o
mediática (entendida como la adquisición de los
conocimientos, habilidades y actitudes que hacen posible una
interpretación critica de los usos y formas icono verbales
de los mensajes de los medios de comunicación de masas y
de Internet).
El Cuadro # 1 intenta reflejar
gráficamente el complejo concepto de competencia
comunicativa (Canale y Swain, 1980; Canale, 1983; Hymes, 1984,
Lomas, 1999).
RELACIÓN DE LAS COMPETENCIAS Y LOS OBJETIVOS
DE LA COMUNICACIÓN
Comentaremos a continuación con qué tipo
de competencias se relacionan cada uno de los objetivos de la
educación literaria con el área de
comunicación, "Conocer el sistema formal de la lengua"
forma parte de la competencia lingüística o
gramatical, es decir, del conocimiento del código de la
lengua en sus aspectos fonológico, morfológico,
sintáctico y léxico. Es un objetivo tradicional de
la enseñanza de la lengua y de ahí la presencia de
contenidos fonológicos, morfosintácticos y
léxico-semánticos en los programas de
enseñanza de lengua y, en consecuencia, en los libros de
texto.
El conocimiento gramatical favorece un uso correcto del
lenguaje en la producción literaria, por
consiguiente:
a. "Saber construir un discurso coherente y
adecuado" forma parte de la competencia discursiva o
textual, es decir, de los conocimientos y de las habilidades
que se precisan para poder construir diferentes tipos de
discurso con cohesión y con coherencia. La
adecuación de los textos a la situación de
comunicación es una competencia textual que se
adquiere en la medida en que existe conciencia
sociolingüística sobre el contexto comunicativo.
El conocimiento textual favorece un uso coherente del
lenguaje.b. "Saber utilizar diversas estrategias y
recursos para comunicar con eficacia" forma parte de la
competencia estratégica, es decir, del dominio de los
recursos verbales y no verbales que podemos utilizar tanto
para adecuarnos a las expectativas del destinatario como para
resolver las dificultades a lo largo del intercambio
comunicativo (desde algunos malentendidos hasta un
insuficiente conocimiento del código). El conocimiento
estratégico favorece un uso eficaz del
lenguaje.c. "Conocer las normas que rigen el uso
social de las lenguas" forma parte de la competencia
sociolingüística, es decir, del conocimiento de
los factores sociolingüísticos y culturales que
regulan el comportamiento comunicativo en los diferentes
ámbitos del uso lingüístico. La
competencia sociolingüística favorece la
capacidad de adecuación de las personas a las
características del contexto y de la situación
de comunicación. El conocimiento
sociolingüístico favorece un uso apropiado del
lenguaje.d. "Saber comprender y expresar mensajes de
forma adecuada, correcta, coherente y eficaz" no es otra
cosa que tener un grado aceptable de competencia comunicativa
ya que tal competencia sólo es posible mediante el
conocimiento lingüístico (corrección) y
sociolingüístico (adecuación) y el dominio
de habilidades textuales (coherencia) y estratégicas
(eficacia).e. Comparamos estas competencias en lo
expresado por el DCN-2009, cuando tipifica las competencias
por ciclo para el área de comunicación que son;
"Expresión y comprensión oral",
"Comprensión de Textos" y "Producción de
textos"
LA EDUCACIÓN LITERARIA
Acabamos de argumentar que la educación literaria
y lingüística debe orientarse a favorecer el
aprendizaje de las habilidades expresivas y comprensivas que
hacen posible el intercambio comunicativo entre las personas.
Casi nadie niega ya algo tan obvio y de ahí el acuerdo que
existe entre enseñantes, lingüistas y pedagogos sobre
los objetivos comunicativos de la enseñanza de la lengua
en la educación básica regular.
Desde el eje diacrónico de la historia
canónica de la literatura hasta la organización
temática de los contenidos literarios, desde el comentario
lingüístico de fragmentos aislados hasta la lectura
de obras completas, desde el taller de escritura creativa hasta
el estudio de los géneros literarios y el ensayo de las
más variopintas estrategias de la animación
lectora, ayer y hoy la educación literaria ha intentado e
intenta contribuir a hacer posible esa difícil
comunicación entre los alumnos y los textos literarios. De
ahí esa innegable variedad de métodos
pedagógicos, de criterios de selección de los
textos y de estrategias didácticas que reflejan la
voluntad del profesorado de acercarse al horizonte de
expectativas de unos adolescentes y de unos jóvenes cada
vez menos selectos y cada vez más interesados en el
consumo de otros usos comunicativos más vulgares (como las
series televisivas y los anuncios publicitarios), de otras
ficciones (como el cine, el cómic, los juegos de la
computadora) y de otros canales como Internet.
Consideraciones de la educación
literaria
I. El objetivo esencial de la enseñanza
de la literatura en la educación básica regular
es:
a. asegurar el conocimiento del patrimonio
literario legado por la historia literaria y, por tanto, el
conocimiento de las obras y de los autores más
importantes de la literatura.b. fomentar hábitos de lectura y
actitudes de aprecio de las obras literarias y del uso
creativo del lenguaje, por lo que enseñar historia
literaria no es el único ni en ocasiones el más
adecuado camino.c. instruir a los alumnos y a las alumnas en el
análisis científico de los textos a
través del comentario explicativo del educando y del
ejercicio del comentario lingüístico de los
textos literarios ya que sólo de esta manera es
posible descubrir el modo en que aparece la función
poética del lenguaje y contribuir a la
adquisición de las habilidades interpretativas y de
las competencias lectoras que caracterizan la competencia
literaria de las personas.
2. La selección de los textos
literarios se:
a. debe realizarse teniendo en cuenta el
prestigio cultural de los textos acuñados en las
historias de la literatura, con un especial énfasis en
los autores clásicos ya que por algo han adquirido un
estatuto canónico y no están sujetos a modas ni
a opiniones divergentes sobre su calidad
artísticab. debe efectuarse con criterios
pedagógicos partiendo del horizonte de expectativas de
adolescentes y jóvenes y de sus competencias y
hábitos culturales (textos de la literatura juvenil y
de aventuras…) con el fin de hacer posible que de una
manera gradual entren en contacto con otros textos literarios
de una mayor complejidad (obras de la literatura
clásica y contemporánea…).c. debe tener sobre todo en cuenta el deseo de
los alumnos y de las alumnas por lo que se les debe dejar
leer cualquier cosa ya que lo importante es que lean y que lo
que lean les guste.3. El modo más adecuado de que los
alumnos y las alumnas lean literatura es:a. establecer libros de lectura obligatoria
comunes a todo el alumnado porque así no se discrimina
a nadie y es más fácil controlar sus lecturas a
través de trabajos sobre cada obra y de preguntas en
el examen.b. acercar la literatura a adolescentes y
jóvenes a través de textos adecuados. En este
sentido, el tipo de argumentos, personajes, acciones y temas
de otras literaturas, como la denominada literatura juvenil o
de aventuras, puede favorecer el dialogo del adolescente con
el texto, fomentar una actitud mis abierta y menos
académica ante el libro y estimular su interés
por la lectura
c. comentar textos literarios en clase con una pauta de
análisis que les permita profundizar en las formas
literarias porque sólo de esta manera pueden comprender el
texto y por tanto apreciar la literatura.
4. El modo más adecuado de contribuir al
aprendizaje literario del alumnado es:
a. estudiar las obras y autores consagrados de
la historia de la literatura ya que sin ese conocimiento no
hay tal aprendizaje. La organización diacrónica
de los contenidos literarios facilita el aprendizaje porque
permite organizar esos conocimientos en un eje
histórico y adquirir conciencia de la importancia del
contexto cultural en cada movimiento literario.b. conjugar el estudio de algunos autores
consagrados con la lectura de algunos fragmentos sueltos y de
obras adecuadas a las características de cada alumno y
de cada alumna. Esto último implica sugerir lecturas
diferentes a alumnos y alumnas que son diversos en sus
gustos, aptitud académica y motivación. Para
ello es conveniente disponer de una biblioteca de aula
adecuada e iniciar a los alumnos y a las alumnas en el
aprendizaje de la escritura literaria (en el escribir a la
manera de, como en la antigua tradición
retórica) con el fin de acercarles a los
técnicas expresivas de la creación
literaria.c. evitar organizar la secuencia de contenidos
en torno al eje histórico y organizar esos contenidos
en torno a los géneros literarios con el fin de
analizar los diferentes modos de organizar la
expresión literaria. De esta manera estudiarían
los mismos textos y autores pero de una manera menos
rígida.
Si estos ejercicios se hicieran en grupo es probable que
hubiera divergencias en las respuestas y por tanto en los
énfasis que cada profesor o profesora pone en unos u otros
objetivos, en unas u otras actividades, en unos u otros textos.
Esas divergencias tienen bastante que ver con el modo en que se
han entendido los fines y los contenidos de la enseñanza
de la literatura a lo largo del tiempo. Si analizamos de forma
breve la evolución de la enseñanza literaria desde
la Edad Media hasta nuestros días (Colomer, 1996; Lomas,
1999, entre otros), distinguiremos esencialmente cuatro etapas
(véase el cuadro 2):
Época | Objetivos | Contenidos | Corpus | Actividades | Teorías |
Edad Media- Siglo | Aprendizaje elocutivo | Retórica | Texto clásico | Comentario, imitación de modelos y | Retórica |
Siglo XIX- Siglo | Conocimiento de las obras y autores de la | Obras, autores y movimientos de la historia de la | Textos épicos, líricos y | Manual de historia literaria. Antología de | Romanticismo Positivismo |
Siglo XX (años | Competencia lectora y análisis texto | Métodos de análisis | Textos poéticos y narrativos de la | Comentario de textos | Poética formalista Estructuralismo |
Siglo XX (años | Adquisición de hábitos de lectura y | Estrategias de lectura. Técnicas de | Textos de la literatura consagrada, textos de la | Lectura y comentario. Imitación de Taller de escritura. Ejercicios de estilo. Estudio | Semiótica del texto y semiótica de Socio crítica. Psicología |
Cuadro N° 2.- Evolución
de la enseñanza literaria desde la Edad Media hasta
hoy.
1. Desde finales de la Edad Media hasta el
siglo XIX, la educación literaria de las
minorías ilustradas se orienta a la adquisición
de las habilidades de elocución que les iban a
permitir desenvolverse de una forma correcta, eficaz y
apropiada en las actividades comunicativas habituales de la
vida social (el sermón eclesiástico, el
discurso político, la escritura de notarios,
escribientes y clérigos). La literatura aparece
entonces como el modelo canónico de discurso oral y
escrito y su dominio constituirá uno de los modos
simbólicos a través de los cuales se
expresará la hegemonía de estos grupos
sociales. En este contexto la retórica, en su calidad
de arte del discurso, educaba en el uso adecuado del texto
mientras la lectura de los clásicos grecolatinos
suministraba los referentes culturales y los modelos
expresivos del buen decir y del buen escribir.2.- El conocimiento de la historia de la
literatura nacional ha sido el objetivo prioritario de la
enseñanza de la literatura desde los albores del siglo
XIX hasta nuestros días. La construcción de los
estados nacionales exigía el conocimiento del
patrimonio cultural de la colectividad. El romanticismo y el
positivismo contribuyen a esta tarea al concebir la
literatura como un espejo diáfano de la vida cotidiana
de los pueblos y de las ideologías emergentes de las
nuevas nacionalidades. En este contexto, la función de
la literatura en una enseñanza que comenzaba a ser
obligatoria se orienta entonces a la creación de la
conciencia nacional y a la adhesión emotiva de la
población escolar a las obras claves de la literatura
de cada país.3.- A partir de la década de los sesenta
del siglo XX, y ante el fracaso constatado de una
enseñanza de la literatura orientada a transmitir a
unos adolescentes y a unos jóvenes insertos en la
cultura de masas las obras y los autores canónicos de
la historia de la literatura, se abre paso la idea de
orientar la educación literaria a la
adquisición de hábitos lectores y a la
formación de lectores competentes. El formalismo y el
estructuralismo literarios aparecen entonces como las
teorías subyacentes a un nuevo modelo didáctico
en el que se intenta sustituir el aluvión de
informaciones sobre obras y autores de la historia literaria
por una mayor presencia de los textos en las aulas, por el
acceso del lector a fragmentos debidamente seleccionados y
por la búsqueda de la especificidad de lo
literario.
El análisis científico de los textos se
convierte entonces en una herramienta de uso habitual a la hora
de descubrir el escondite de la literalidad de las obras
literarias y el modo en que aparece en ellas la función
poética del lenguaje. De esta manera, el comentario de
textos se convierte en una práctica habitual en las aulas
de la educación secundaria en la idea de que sólo
mediante el análisis científico de los textos
literarios es posible contribuir a la adquisición de
habilidades interpretativas y de competencias lectoras por parte
del alumnado.
4.- En los años ochenta la
educación literaria no se concibe ya tan sólo
como la enseñanza de las obras y de los autores
consagrados por la tradición cultural ni como el
aprendizaje académico de complejas metodologías
de análisis y comentario de los textos. El texto
literario aparece ahora como un tipo específico de uso
comunicativo mediante el cual las personas intentan dar
sentido a la propia experiencia, indagar sobre su identidad
individual y colectiva y utilizar el lenguaje de una manera
creativa. De ahí que en la actualidad los
últimos enfoques de la educación literaria
pongan el acento en la construcción escolar de
hábitos lectores, en la conveniencia de utilizar otros
criterios en la selección de las obras de lectura y en
el disfrute del texto literario durante la infancia y la
adolescencia como antesala de un acercamiento más
complejo y reflexivo.
La educación literaria debe enseñar en
consecuencia a quienes leen a saber qué hacer con el texto
y a saber entender lo que leen de acuerdo con los itinerarios
inscritos en la textura de ese texto.
Por otra parte, y a la vez que se pone el acento en el
placer de la lectura y en la adquisición de habilidades de
comprensión lectora, la educación literaria debe
animar a los adolescentes y a los jóvenes no sólo a
leer textos literarios sino también a escribirlos mediante
la manipulación ingeniosa de las formas
lingüísticas o mediante la imitación de los
modelos expresivos (géneros y estilos literarios)
acuñados por la tradición literaria. El aprendizaje
de la escritura literaria (el escribir a la manera de, como en la
antigua tradición retorica) se convierte así en
otro de los ejes los últimos enfoques de la
educación literaria. Los talleres literarios aparecen
entonces como una herramienta didáctica al servicio de la
libre expresión de las ideas, de los sentimientos y de las
fantasías de los adolescentes y de los jóvenes. La
adquisición de técnicas y de estrategias para una
escritura creativa se convierte entonces en el objetivo en torno
al cual se plantean abundantes propuestas de la educación
literaria. Los ejes en torno a los cuales comienzan a organizarse
las actividades de escritura literaria son la manipulación
de textos (ejercicios de estilo con el fin de cambiar el punto de
vista, invertir en forma paródica un acontecimiento), la
creación de textos originales a partir de instrucciones o
consignas y la producción textual a partir de modelos
expresivos y de géneros textuales.
IMPORTANCIA DE LA LITERATURA
La importancia de la literatura, radica en
los beneficios que tiene esta; mejorando la imaginación y
las capacidades para expresarse, como forma de pasar el tiempo o
permitiéndole al lector tener una visión distinta
de la realidad, que tal vez por distintos motivos no había
tenido oportunidad de apreciar. Además de lo antes dicho,
la literatura es un fiel reflejo de una época, sus
ideales, sus costumbres y el contorno histórico en el cual
se desarrolla, podemos argumentar lo siguiente:
1. Por ello el libro puede ser también,
como dice Gabriel Zaid, ese instrumento que nos enseña
a ver en forma diferente y más rica la realidad. Y es
que las fuentes de deformación de la realidad
están en todas partes, y quizás en ninguna
más que en la falta de distancia que produce una
inmersión brusca en el ajetreo del mundo, sin la
mediación del texto.2. Tanto el dominio eficiente de la lectura
como el gusto por la literatura hacen parte de las cualidades
que deben desarrollarse en los niños. En ambos
aspectos, la educación y la formación que
reciben los jóvenes de hoy en el hogar, la escuela o
el medio social es, a primera vista, muy deficiente, y
diversas fuerzas en la estructura social y en el sistema de
comunicaciones conducen a que la lectura pierda importancia y
a que la literatura vaya pasando a un lugar secundario entre
las formas de recreación del individuo. Los valores
dominantes de la cultura han ido desplazando la lectura del
papel central que ha ocupado en la cultura occidental de los
últimos quinientos años, y han ido reduciendo
su función a la satisfacción de unos objetivos
cada vez más pragmáticos. Esto ocurre a pesar
de que por primera vez en la historia del hombre la capacidad
de leer ha llegado a ser o está a punto de llegar a
ser universal, y a pesar de que la producción de
materiales escritos y de información escrita aumenta
todavía en forma muy acelerada.3. Que la cultura moderna haya convertido al
texto escrito en uno de sus aspectos centrales, por natural
que nos haya parecido antes de la invasión de la
imagen, es algo sorprendente. Hasta el siglo XVI la cultura
se trasmitió sobre todo por vía oral, en la
iglesia, la familia, el grupo de amigos, los
compañeros de trabajo; todavía ocurría
así en gran parte de las sociedades modernas hasta
este siglo. Sin embargo, desde el siglo XVI los sectores
activos y dominantes de la cultura, y sobre todo los sectores
urbanos, hicieron del papel y de las rayitas negras que lo
cubrían el más eficiente instrumento de
comunicación cultural. Antes, por supuesto,
existía el libro. Pero el libro de las culturas
antiguas es ante todo el libro sagrado, que conocen, leen e
interpretan unos pocos iniciados, que lo explican a todos los
miembros de un pueblo. El libro es La Biblia, o el
Corán, o el Libro de los Muertos. Son los griegos los
que rompen con esta función esotérica de la
escritura, y convierten el texto en un complemento de algo
que también puede atribuirse a esta curiosa
civilización: el diálogo como forma de
búsqueda de la verdad y el conocimiento. Es decir, el
debate y la discusión abierta a todos los ciudadanos,
realizada ante todo en la plaza pública, y que permite
tomar decisiones sobre la ciudad (y con ello inventaron la
política) o usar esa capacidad humana común a
todos para encontrar la verdad: la razón o logos.
Podemos señalar que el libro se vuelve instrumento de
la razón con los filósofos milesios, y un hecho
simbólico, un pequeño mito, nos permite ver el
momento preciso del surgimiento del libro: la ocasión
en la cual Anaximandro depositó por primera vez su
libro en mitad del ágora, de la plaza pública,
para que todos pudieran leerlo y discutirlo. Al mismo tiempo,
el lenguaje escrito va reemplazando a la memoria de los
rapsodas en la conservación y disfrute de la
invención literaria: el libro deja de ser el libro
sagrado para convertirse en filosofía o literatura, y
a veces en ambas cosas.
El invento griego estuvo en una especie de
suspensión animada por más de un milenio: los
textos se conservaron en bibliotecas y monasterios, aunque muchas
veces no se leían. La sociedad abandonó la
escritura y la lectura, aunque se conservó para las
funciones sagradas (a las que había que añadir una
subordinada filosofía) y para llevar la contabilidad: otra
vez se convirtió, con excepciones, en algo
esotérico, aunque reverenciado por monjes y copistas. Sin
embargo, bruscamente, el invento (o la copia, poco importa) de
Gutemberg, transformó la forma de comunicación de
los hombres, llevando gradualmente el texto escrito a convertirse
en instrumento al acceso de todos. Tanto para la
comunicación del conocimiento, el debate religioso y
político, el paso de información (incluso entre
particulares: hemos vivido cinco siglos de vigencia de las cartas
privadas, también ahora en camino de gradual
desaparición), como para el goce de la creación
verbal, el texto escrito se volvió fundamental. Saber leer
y escribir se convirtió en la herramienta indispensable
del hombre moderno, por lo menos, inicialmente, del que
hacía parte de las élites que orientan y dirigen la
sociedad. Más recientemente llegó incluso a definir
casi la pertenencia misma a la ciudadanía: recordemos que
en nuestro país, como ocurrió durante muchos
años en prácticamente todas las sociedades
democráticas, solamente quienes sabían leer y
escribir eran miembros de pleno derecho de la sociedad
política. Para muchas personas, el único contacto
con el arte, o el único pasatiempo, era la lectura de
romances y novelas. El periódico diario, cuyo surgimiento
es apenas un fenómeno del siglo pasado, fue, hasta hace
unos 50 años, la fuente esencial de información
acerca de los avatares de lo público. En estas
condiciones, saber leer y escribir es la piedra de toque de la
participación en el mundo de la cultura; por ello, la
aspiración a que todos los ciudadanos aprendan esta
astucia, el ideal del alfabetismo universal, se convirtió
en una meta obvia de nuestras sociedades y en el centro de los
procesos de democratización recientes: es la lectura, como
instrumento de educación, la base de la igualdad real de
los hombres, al menos desde el punto de vista de la posibilidad
de participar en el mundo político y de gozar de
oportunidades equitativas de ascenso social.
4. Todavía es evidente que el texto
escrito hace parte central de nuestro sistema de
comunicaciones. Sin embargo, invenciones recientes, como el
teléfono, la radio, el cine y la televisión, la
computadora y el internet han comenzado a disputar esa
hegemonía casi total de la escritura en la
comunicación formal. Hay géneros "literarios"
que han desaparecido casi por completo, como las cartas
personales, reemplazadas por el teléfono, o los
relatos de viaje, que carecen de interés frente al
vigor de las imágenes del cine o la televisión.
Y la comunicación creativa o recreativa ha sido
profundamente alterada: los jóvenes de hoy dedican
mucho más tiempo a ver a sus héroes imaginarios
en cine o televisión que a leer sus aventuras en una
novela. Y por supuesto, formas más tradicionales de
comunicación también, que conservaban su
vigencia al menos para quienes por su corta edad
todavía no dominaban la lectura, desaparecen: creo que
pocos niños escuchan hoy los relatos de sus abuelas,
desplazadas por la televisión. Es cierto que algunas
actividades creadoras no se han dejado reducir al mundo
audiovisual, y todavía la poesía se lee, aunque
hay quienes la prefieren, y hay buenas razones para ello, en
grabaciones. Y en el campo de la difusión de
conocimientos técnicos y científicos,
así como en el del argumento conceptual, el texto
escrito sigue siendo casi exclusivo, y apenas comienzan los
balbuceos de la educación audiovisual.
Hace 100 años un analfabeto estaba limitado (lo
que en algunos contextos no era una pérdida) a la
información recibida oralmente y a la
interpretación semántica de los objetos que lo
rodeaban. Hoy un iletrado podría en principio saber mucho
del mundo, estar al día en la información
noticiosa, tener una experiencia de lugares y situaciones
remotos, conocer los cuadros de una exposición en los
mejores museos del mundo, escuchar la poesía en las voces
de sus autores, e incluso, aunque este sea el último
bastión del libro, adquirir conocimientos técnicos
y científicos relativamente complejos.
APOLOGÍA SOBRE LOS CAMBIOS
MODERNOS
Este paso a una sociedad en la que la imagen y el medio
audiovisual van adquiriendo una creciente fuerza frente al texto
escrito ha producido toda clase de valoraciones. Para algunos, y
no les faltan evidencias a su favor, este proceso amenaza los
fundamentos de nuestra cultura moderna, y abre el camino a una
manipulación mucho más cruda de las personas para
objetivos políticos y quizás, pues esto importa
más, sobre todo para cambiar los hábitos de consumo
de las personas. El reemplazo de una cultura exigente por una
cultura de masas, generada por una industria cultural regida por
la búsqueda de utilidades, es visto como una
pérdida fundamental. En los países avanzados, se
publican toda clase de argumentos contra el proceso de
empobrecimiento cultural que ha traído la
televisión, a la cual se dedican cada vez más horas
de actividad, sobre todo de jóvenes y niños, y una
televisión que en su búsqueda de una
atención compulsiva refuerza la presentación de
aquello que conmueva más inmediata las emociones del
espectador: el sexo o la violencia. Los modelos de vida
promovidos por los medios audiovisuales, en la medida en que
responden a una lógica de la promoción del consumo,
pues se financian sobre todo mediante la publicidad privada,
tienden a fijar el valor del individuo en lo que tiene y en lo
que consume.
Por otra parte, no faltan defensores del proceso. La
imagen es sin duda más democrática que el texto:
todos pueden entenderla, sin una preparación formal como
la que exige el dominio de la escritura.
No es pertinente discutir en detalle si el proceso
avanza con la velocidad que temen sus críticos y desean
sus defensores, para decidir si el libro desaparecerá o
no. Pero si vale la pena reiterar algunos de los argumentos que
justifican que el libro siga teniendo un papel esencial en la
formación de los individuos de nuestra sociedad, y que
hacen válido el esfuerzo de todos los que desean promover
la lectura de los niños, y en especial la lectura de los
textos literarios.
Conclusiones y
recomendaciones
¿Qué esperamos que el joven aprenda con la
literatura? No tanto el acceso a la información sobre el
mundo, sobre los incidentes políticos y los resultados
deportivos, la novelas y cuentos o parte de la historia escrita,
ni la acumulación inútil de saber que a veces se
hace aprender a los niños en clases de historia o
química. Esto es secundario, y si se hace, su única
utilidad es que es otra manera, entre muchas, de aprender a
aprender. Tratemos de señalar cinco grandes conclusiones
en las cuales la lectura y la literatura siguen siendo
decisiva:
1. Que la lectura es una manifestación doble que
integra la comunicación verbal y oral, y por lo tanto
mantiene las exigencias del uso del lenguaje. Para leer hay que
saber escribir, y saber hablar: es un proceso en el cual no es
posible adoptar la pasividad más profunda (aunque sin
duda, no total) del espectador. En esta dirección,
concluyamos, la lectura es parte del proceso de formación
de la capacidad intelectual básica del estudiante, que
difícilmente puede ser reemplazada por aprendizajes
alternativos, y que se apoya incluso en el hecho de ser un
proceso más complejo, más exigente, que exige
esfuerzo y da la satisfacción del dominio de lo
difícil.
2. La sumersión en la imagen audiovisual
es también usualmente más pasiva, en la medida
en que depende más de las presiones y realidades de
quienes programan la producción de imágenes. El
texto escrito puede sobrevivir incluso en la clandestinidad,
como lo mostraron los escritores soviéticos que
copiaban a mano sus textos.). La creación de
espectadores adictos muy pasivos es un hecho evidente,
así tenga paralelo en algunos tipos de lectores: el
lector, como regla general, es más independiente que
el espectador.3. La lectura del texto literario ayuda al
niño a "comprenderse mejor; así se hace
más capaz de comprender a los otros y de relacionarse
con ellos de modo mutuamente satisfactorio y lleno de
significado". El texto literario es la forma más rica
de transmitir la herencia cultural, de aprender a manejarla,
y de manejar, mediante la cultura, los propios impulsos y
deseos.4. La lectura es la base de la educación
y la educación es el factor esencial de igualdad
social en el mundo moderno: igualdad social como igualdad de
oportunidades, como igualdad legal y como igualdad en la
participación política. Por ello, si el
desarrollo de esta habilidad, de esta técnica
peculiar, se hace en forma que genera nuevas desigualdades,
su función igualitaria se destruye, y se convierte en
un nuevo factor discriminador.5. Finalmente, no podríamos imaginar ser
lo que somos hoy en día, sin observar la influencia
que ha tenido la literatura en la gran mayoría, si no
es que en todas, las decisiones que han generado un gran
impacto en la sociedad, lo que ha ido causando que poco a
poco se forme el mundo en el que vivimos hoy en día, y
debemos recordar que lo que escribamos o transmitamos hoy en
día podría de igual forma cambiar el mundo que
dejaremos a las futuras generaciones que simplemente van
adoptando lo que les vamos ofreciendo como parte de la
cultura que van a heredar.
Recomendaciones
finales
Resulta evidente creer en la importancia de mantener los
esfuerzos por promover al máximo el uso del texto escrito
y estimular la lectura. Y es evidente que este proceso debe
hacerse fundamentalmente en la infancia, en medio de la familia y
de la escuela. Pero si bien es fundamental tener claridad sobre
la importancia y la utilidad del aprendizaje eficiente de la
lectura, vale la pena diferenciar, así la
distinción no sea tan tajante en la realidad, entre la
lectura didáctica y la lectura del texto literario. Nadie
duda todavía de la importancia funcional del aprendizaje
de la lectura para el dominio del lenguaje mismo y para el manejo
de información, tanto en procesos sucesivos de aprendizaje
escolar (el rendimiento escolar depende en gran parte del dominio
de las técnicas de lectura) como en la vida
misma.
Sabemos que normalmente es poco lo que hace el colegio
para promover la lectura, y lo que se hace muchas veces produce
efectos indeseados. Normalmente se convierten en lectores
competentes y asiduos aquellos niños que han tenido en su
hogar una experiencia que valore el libro y el texto escrito,
porque les han leído los adultos, porque han visto a los
adultos utilizar el texto escrito con frecuencia, porque ven que
los libros son objetos valiosos para sus padres. La calidad de
los maestros y de la escuela no les permite superar, y en muchos
casos más bien agravan, las limitaciones que traen los
niños del hogar: usualmente, al terminar la primaria, se
habrán vuelto lectores, y estarán en camino de
convertirse en personas con una posibilidad de manejo complejo de
la cultura.
Aquí es donde está el gran desafío:
lograr que socialmente la lectura reciba una valoración
que estimule al niño, y lograr que la escuela promueva
eficazmente la formación de niños lectores. No creo
que haya nada que permita hacerlo, distinto a impulsar la lectura
de historias y narraciones atractivas, de buena literatura.
Quizás no muchos responderán, dadas las carencias
culturales del medio, y la facilidad de las alternativas
recreativas. Pero no hay otra estrategia que logre mejores
resultados.
Solamente la lectura como placer, que olvide los
beneficios que puede producir, que renuncie a los resultados
formativos o pragmáticos, acaba teniendo resultados, acaba
produciendo beneficios. Esta es la paradoja sobre la que debemos
apoyar el esfuerzo de impulso a una relación más
viva entre nuestros niños y el texto escrito. En el hogar,
en la escuela, en los medios de comunicación social, es
preciso restablecer el aprecio por la inútil literatura,
para que hoy esta sea verdaderamente útil.
Anexo
ANEXO 1. SESIÓN DE
APRENDIZAJE
DATOS GENERALES:
UGEL: Huancayo
I: E: María
InmaculadaGRADO Y SECCIÓN: 2º
"I"ÁREA:
ComunicaciónTEMA: Causas en el Hábito de
LecturaFECHA: 15 / 02/ 14
DURACIÓN: 90 minutos
DOCENTE: Vilma Olinda Meza
Cárdenas.
PROPÓSITO
CAPACIDAD |
| ||||
ACTITUD |
|
TEMA TRANSVERSAL: Cultivando
hábitos de lectura y técnicas de estudio en la
solución de problemas.
SECUENCIA
DIDÁCTICA
V.- EVALUACIÓN
Bibliografía
• Manual para el docente Modulo de
Comprensión Lectora Nº 3 – MED.
• Silvana Salazar y Dante Ponce:" Hábitos de
Lectura". Instituto y libro de lectura- noviembre de
1999.
Anexos
ANEXO II. Materiales utilizados en clase
HÁBITOS DE LECTURA
Definición de Hábito
Según la psicología el hábito es
cualquier comportamiento repetido regularmente. Cabe mencionar
que para que un hábito se forme en una persona debe
practicarlo durante varias ocasiones así tanto el cuerpo
como la mente se acostumbra a este.
La lectura
Se define a la lectura como el proceso cognitivo
mediante el cual se decodifican símbolos, con el objetivo
final de entender el significado o mensaje que se nos trata de
transmitir.
Causas negativa para la formación del
hábito de lectura
a) Macro factores: Se refiere a las
bases generales, en los que se apoya la lectura para una
determinada orientación. Se considera a los culturales
y socioeconómicos.
Factores culturales
Padres sin hábito de lectura. Si
consideramos que los hijos aprenden por imitación, y
teniendo como modelos a los padres, es fácil deducir que
en hogares donde los padres no son amantes de la lectura, mucho
menos lo serán los hijos.,
Ética y moralidad familiar. Sin
estos valores fundamentales, el niño o adolescente, es
fácil víctima de la dejadez, de lo facilismo, y no
puede conducirse con disciplina, disminuyendo con ello sus
posibilidades de adquirir buenos hábitos de
lectura.
El factor socioeconómico
Padres de familia con hogares
disfuncionales. Cuando los padres viven en constante
pelea o discusión, cuando estos son separados, no
contribuyen en nada a la estabilidad emocional de los hijos, y
estos a la vez no ayudan a que el estudiante se pueda concentrar
y entender lo básico de un texto leído.
Alto costo de los textos originales. Lo
que conlleva a muchos padres, no tienen posibilidades de
adquirirlas, debido a su condición económica y a su
alta carga familiar en otros.
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